Me pregunto cuantas personas se
sienten identificadas si cuando digo que soy trabajadora social la pregunta que
viene inmediatamente después es ¿Qué es eso del Trabajo Social? A estas alturas
no puedo evitar entornar los ojos o resoplar para coger fuerzas y responder
automáticamente una definición preciosa, pero no hace mucho tiempo, incluso hoy
en día, yo también me hago esa pregunta.
Disculparme he empezado
divagando, veréis, mi nombre es Aida, mis posibles etiquetas serían: mujer,
joven, trabajadora social y estudiante.
Volvamos a divagar, todo comenzó
una preciosa mañana lluviosa en Asturias, tras quedarme a las puertas de alguna
facultad por no tener nota suficiente e ir rotando por otras hasta caer aún no
estoy segura de cómo en la presentación del grado en Trabajo Social, porque ya sabéis
lo que dicen, perdón, decían que había que ir a la universidad.
Y para resumir del primer día
pasamos al primer año en la carrera, en esta época había dos formatos de
pregunta: ¿que era trabajo social? y ¿te gusta? eso tenía pinta de vocacional,
ahora intento acordarme de una mini-yo viendo las asignaturas que tenía en
primer curso: Historia, derecho, estadística, introducción a la política… Bueno
todo ello eran temas que me gustaban, así que el curso estaba bien y estaba
aprendiendo pero ¿quería ser trabajadora social? En segundo las asignaturas
cambiaron: Historia II, derecho II…
Disculparme si soy muy crítica
porque en todos estos años si es verdad que dentro de mis posibilidades me han
amueblado la cabeza y a la vez soy una persona más triste porque entiendo el
funcionamiento del mundo capitalista.

Creo que la profesión siempre se
ha centrado en la intervención social dejando el campo académico a otras
disciplinas, teniendo que sumergirse en teorías de otras ramas y del mismo modo
centrándose en la atención individual y familiar dejando en tierra de nadie lo
comunitario.
Todo esto me preocupa porque en
resumen no siempre se sabe quiénes somos exactamente o se sabe pero no se sabe
cómo explicarlo a los demás.
La realidad social que está
aconteciendo me lleva a una preocupación todavía mayor, si os fijáis bien, se ha producido una disminución de derechos, no
hay crisis económica que pueda justificar esto, o al menos no deberíamos dejar
que fuese justificable, actualmente se vive una etapa de cambio, una tensión
social donde la sociedad civil ha decidido tomar parte de las decisiones que
atañen a la vida cotidiana.
En definitiva, el tema de mi
doctorado me encontró a mí. Actualmente estoy realizando un doctorado y una
ferviente búsqueda de empleo. Respecto a la investigación busco la relación que
existe entre todos aquellos procesos comunitarios, construidos en barrios y
autogestionados y el Trabajo Social.
Si habéis llegado hasta aquí
quiero daros las gracias, muchas veces ni yo llego tan lejos siguiendo mi
parloteo, me imagino que os estaréis realizando muchas preguntas ¿existe alguna
relación entre el trabajo social y un centro social autogestionado? ¿Qué puede
hacer la profesión en estos procesos? ¿Pueden estos procesos abrir nuevas vías
al Trabajo Social?
Responder a estas preguntas con
seguridad llevaría al traste mi tesis, sólo llevo 5 meses con ella y quiero
disfrutarla más así que no lo voy hacer.
¡Esperad! Lo que si prometo es ir
informando de mis avances, aunque muchas veces me desviaré y acabaré tratando
otros temas, es lo que tiene una disciplina que debe estar a pie de calle y es
multidimensional.
He creado este blog para dar a
conocer tanto a la profesión, como dentro de ella aportar mi granito de arena y
más importante que esto dar a conocer procesos de cambio que se están dando en
nuestras ciudades y no nos damos cuenta, las personas somos capaces de producir
cambios.
Por si alguien se lo pregunta el
título de la entrada está escrito también en asturiano, la otra lengua de
Asturias.
Siempre intento lograr una
coherencia entre mis acciones y pensamientos. Stalwick escribió “Una idea para
cambiar el mundo debe, en primer lugar, cambiar la vida de la persona que la
abriga”.